viernes, 17 de octubre de 2008

UNIVERSIDAD-HISTORIA OFICIAL


Miguel Castellanos Moreno


En Semana Santa recorrí una calle, ahora convertida en pasaje cultural, frente a la Basílica de Zapopan. En ese lugar se venden objetos antiguos, o que lo parecen, incluyendo objetos recientes y libros.
En el suelo, sobre una manta, había un tendido de libros viejos y recientes que eran ofertados a bajos precios. Interesado por la historia de las universidades públicas me llamó la atención uno titulado: La Universidad de Guadalajara, el cual adquirí en 40 pesos. Se trata de una historia oficial de esa Institución educativa. El libro fue publicado el 12 de octubre de 1975 en conmemoración del cincuenta aniversario de dicha universidad jalisciense; sus autores son un grupo de diez profesionales de la historia, la filosofía y la literatura; fueron apoyados por 25 estudiantes, algunos de los cuales han cobrado relevancia como investigadores y escritores en el tiempo que ha transcurrido desde entonces.


El libro va más atrás del medio siglo que conmemora, lo cual tiene que ver con los orígenes coloniales de la Universidad; la etapa anterior a 1925 es expuesta de manera crítica por los autores, pero el filo se mella cuando se trata de analizar los años posteriores; la razón es muy sencilla: algunos de los actores de la vida universitaria de los últimos cincuenta años aún estaban vivos y ostentaban rango social o poder político dentro y fuera de la Universidad; con estos señores, los autores del libro son sumamente condescendientes y obsequiosos.
Desde la óptica de los historiadores oficiales la Universidad de Guadalajara era en su momento: revolucionaria, de izquierda y socialista; sus autoridades eran abnegados luchadores sociales y sacrificados hombres de ideas; impulsores de una Institución profundamente comprometida con el pueblo mexicano y con su Revolución; en fin es la historia de talentosos hombres inmaculados, gracias a los cuales la Universidad pudo alcanzar sus altos fines; por ningún lado aparecen los profesores que uno supone siempre son un pilar fundamental de todo proceso académico, en cambio siempre son funcionarios los impulsores de los avances conmemorados. Esa profunda convicción patriota, revolucionaria y nacionalista de los prohombres universitarios, y de sus historiadores oficialistas, no les impedía justificar los peores excesos de los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez, a este personaje, incluso, le entregaron un doctorado por honor. Esas historias sólo las creen los que las mandan hacer.


Me llamó la atención que el libro tenía las hojas unidas, pues los pliegos en que fue impreso nunca fueron cortados. Eso indica que jamás fue leído. Entre las páginas encontré una carta que permaneció allí exactamente 30 años, pues tiene fecha del 9 de marzo de 1976. Está dirigida al Licenciado Teodoro Gutiérrez García, Diputado Estatal por el IX Distrito, y fue enviada por el Licenciado Guillermo Becerra Zavala, Director de Relaciones Públicas de la Universidad de Guadalajara. Este le dice al diputado que le envía el libro por encargo del “Sr. Rector”, quién le hace llegar “un afectuoso saludo”.


El diputado nunca abrió el libro que le regalaron y, por supuesto, menos lo leyó. Treinta años después lo vendió junto con un lote de libros que quizá también le fueron obsequiados. Ese es el destino de las historias oficiales hechas a la medida por alguna pluma alquilada.

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